Una tertulia muy mexicana: los rebozos de Calimaya
Ficha
Título
Una tertulia muy mexicana: los rebozos de Calimaya
Desripción
La séptima edición de las Tertulias de Adabi tuvieron como tema al rebozo y empuntado que se realiza en la población de Calimaya, Estado de México.
Julio César Gómez Hernández, uno de los impulsores del proyecto "La rebocería", fue el encargado de presentar esta charla que dio a conocer al público interesado diferentes tópicos alrededor del mundo de la elaboración de los rebozos.
Profundo conocedor del tema, Julio César, inicio la charla con los antecedentes de la prenda que hoy conocemos como rebozo y que durante la época virreinal se denominaba "paño", prenda femenina utilizada prácticamente por todas las mujeres novohispanas, no importando su estatus social.
Sus orígenes están divididos entre la presencia asiática que se da en la Nueva España con el galeón de Manila, así como la influencia de las mantillas españolas, a las que se añade, por supuesto, el elemento prehispánico del ayate.
El rebozo es una pieza que puede realizarse con distintos materiales como algodón, seda, lino, lana, así como con hilo de artícela. El ponente explicó el origen del nombre de los rebozos "de bolita", así como la desaparición de los rebozos de aroma, que a pesar de que se conoce la técnica, ya nadie quiere fabricarlo, debido a la complejidad en su elaboración así como por el bajo costo de recuperación del mismo. Afortunadamente los asistentes pudieron percibir el aroma de un ejemplar aromatizado con hojas de manzano y canela, entre otras especies.
El integrante del proyecto "La rebocería", afirmó que uno de los grandes reboceros como lo es don Evaristo Borboa, originario de Tenancingo, pretende rescatar el teñido del añil, antes de que ya no pueda continuar más con su labor, pues es una persona de más de noventa años, y todavía sigue tejiendo.
El público asistente pudo dar a conocer cómo las empuntadoras, como la ganadora del Premio Nacional de Arte Popular de este año, Rosario Núñez, ven demeritado mucho su trabajo por los intermediarios que a veces pagan una punta en cien pesos, cuando es la labor de toda una semana empleada en su confección.
Empuntar es un trabajo extraordinario al que el proyecto "La rebocería" intenta impulsar para conseguir un precio justo para el artesano, además de rescatar puntas que ya no se trabajaban.
La charla estuvo ilustrada con una selección de diferentes rebozos, ya nuevos, ya heredados, así como de consejos para el uso y cuidado de la prenda, además de que se presentaron diferentes puntas, como las de soldaditos y corazones, petatillo, entre otras.
Julio César Gómez Hernández, uno de los impulsores del proyecto "La rebocería", fue el encargado de presentar esta charla que dio a conocer al público interesado diferentes tópicos alrededor del mundo de la elaboración de los rebozos.
Profundo conocedor del tema, Julio César, inicio la charla con los antecedentes de la prenda que hoy conocemos como rebozo y que durante la época virreinal se denominaba "paño", prenda femenina utilizada prácticamente por todas las mujeres novohispanas, no importando su estatus social.
Sus orígenes están divididos entre la presencia asiática que se da en la Nueva España con el galeón de Manila, así como la influencia de las mantillas españolas, a las que se añade, por supuesto, el elemento prehispánico del ayate.
El rebozo es una pieza que puede realizarse con distintos materiales como algodón, seda, lino, lana, así como con hilo de artícela. El ponente explicó el origen del nombre de los rebozos "de bolita", así como la desaparición de los rebozos de aroma, que a pesar de que se conoce la técnica, ya nadie quiere fabricarlo, debido a la complejidad en su elaboración así como por el bajo costo de recuperación del mismo. Afortunadamente los asistentes pudieron percibir el aroma de un ejemplar aromatizado con hojas de manzano y canela, entre otras especies.
El integrante del proyecto "La rebocería", afirmó que uno de los grandes reboceros como lo es don Evaristo Borboa, originario de Tenancingo, pretende rescatar el teñido del añil, antes de que ya no pueda continuar más con su labor, pues es una persona de más de noventa años, y todavía sigue tejiendo.
El público asistente pudo dar a conocer cómo las empuntadoras, como la ganadora del Premio Nacional de Arte Popular de este año, Rosario Núñez, ven demeritado mucho su trabajo por los intermediarios que a veces pagan una punta en cien pesos, cuando es la labor de toda una semana empleada en su confección.
Empuntar es un trabajo extraordinario al que el proyecto "La rebocería" intenta impulsar para conseguir un precio justo para el artesano, además de rescatar puntas que ya no se trabajaban.
La charla estuvo ilustrada con una selección de diferentes rebozos, ya nuevos, ya heredados, así como de consejos para el uso y cuidado de la prenda, además de que se presentaron diferentes puntas, como las de soldaditos y corazones, petatillo, entre otras.
Coordinación
En curso
Año
2016
Fecha de la noticia
26 de agosto de 2016